martes, 22 de abril de 2008

malus doméstica

Ya sabemos. Hay más flores que hombres. Digo, hay más hombres por florecer que flores por caminar. En fin. Quién pudiera acercarse a la luna y cerrarle los ojos... La noche ayer fue inmensamente iluminada, el satélite menguando quizás sea más complejo que el satélite completo. El último calor asomaba por la ventana. No dormir. Contener la respiración, las bocanadas de pensamiento como un río. Los hombres se desvelan y los árboles dan frutos. En el mismo momento. Ayer la luna menguante secaba las cascarillas de los frutos de nuestro árbol para que los insectos no los habiten mas de lo necesario. Ayer los hombres giraban en sus lechos y la luna secaba sus gargantas ya habitadas por insectos. Así es este árbol. Las flores blancas ya vueltas frutitas están al instante de finalizar su cosecha. Son hermafroditas, con un cáliz de cinco sépalos y numerosos estambres amarillos. Quién pudiera amanecer al mismo tiempo que el sol para ver dorar las manzanas. Árbol para disfrutar debajo.

1 comentario:

María Paula del Olmo dijo...

árbolito que va creciendo... siempre es una paz leerte.